
Nuestro carisma se caracteriza por:
- Ascesis cuaresmal para una constante conversión con frutos dignos de penitencia en unión con Cristo crucificado, como servicio eclesial.
- Humildad, por su identidad nominal, y silencio evangélico como medio «para que a todas se les dé mayor ocasión de la pura y asidua oración», como contemplativas dentro de la Iglesia.
- Caridad a Dios y a todos los hombres expresada en la total consagración a Dios y vivida en la unión fraterna de la comunidad, como irradiación del lema Charitas.
- Sencillez y alegría, como frutos del carisma.
